El Parlamento europeo es la prolongación de nuestra lucha en Irlanda y una plataforma para plantear cuestiones políticas clave y de relevancia para Irlanda y nuestros aliados internacionales. Por lo tanto, Sinn Féin se involucra de manera crítica con la Unión Europea. Esto equivale a apoyar, respaldar y promover aquello que es bueno para el interés de Irlanda y oponerse a lo que no lo es.
Esa posición es precisamente la que nos llevó a hacer la campaña contra el Brexit. Lo hicimos para proteger los intereses de los irlandeses, no por amor al "Proyecto Europeo" en su forma actual.
En ningún momento vamos a tolerar que se refuerce la división o una mayor separación entre las dos partes de nuestra isla. No se equivoquen, el Brexit será un desastre para Irlanda. No hay buen Brexit para Irlanda.
La gente del norte de Irlanda nos apoyó y el 56% de ellos votó para permanecer en la Unión Europea. Ahora estamos siendo arrastrados fuera de la UE en contra de nuestra voluntad democráticamente expresada. Somos una pequeña isla parcialmente ocupada en la periferia de Europa. El Brexit hará que la frontera británica impuesta en nuestra isla se fortalezca.
Desde el histórico Acuerdo de Viernes Santo,
muchos aspectos de esa frontera han sido eliminados o diluidos. Para
los republicanos irlandeses, cualquier frontera en nuestra isla es
absolutamente inaceptable en cualquiera de sus formas, la idea de
reforzar la división existente es absolutamente rechazable.
La
difícil tarea de conseguir la paz depende de la libertad de los
irlandeses para vivir, trabajar y estudiar a lo largo y ancho de la
isla-un principio fundamental para reconocer nuestra identidad como
irlandeses. El Acuerdo del Viernes Santo establece que las personas
en el norte de Irlanda tienen el derecho a sentirse identificados
como irlandeses, británicos o ambos.
Nuestra isla ya opera como una unidad en varios temas. Tenemos un mercado de energía completamente irlandés, tenemos áreas de cooperación legalmente definidas que cubren todo, desde el turismo hasta los estándares alimentarios, nuestras comunidades se extienden a lo largo de la frontera, miles de trabajador@s la cruzan a diario, altos porcentajes de ganado y alimentos se intercambian entre el norte y el sur. Los estudiantes se benefician de las mismas condiciones independientemente del lugar donde estudien.
El norte también es beneficiario de fondos de la Unión Europea. Entre los fondos europeos agrícolas, PEACE, Interreg y otras fuentes de financiación, el norte recibe miles de millones anuales.Sinn Féin continuará luchando para proteger todo esto, sin importar el tipo de Brexit que nos imponga el Reino Unido.
El motivo por el cual el Brexit es un problema para Irlanda es debido a la ocupación británica del noreste de nuestro país. Debido a la división territorial, una decisión tomada en Gran Bretaña, repercutiría negativamente a Irlanda. Tan obvio es el problema de la división territorial, que el 100% de la población en el norte de Irlanda votó a favor de permanecer en la UE, y ni siquiera eso fue suficiente para alterar el resultado general.Irlanda no fue tenida en cuenta durante la
campaña británica. No les importa Irlanda y nunca les ha importado.
Por último, la única solución al Brexit y a todos los
demás problemas surgidos a raíz de la ocupación británica, es la
reunificación de Irlanda y la creación de una República irlandesa
democrática y socialista.
Ese es el objetivo principal del Sinn Féin y exigimos un referéndum sobre la unidad de Irlanda. El Brexit brindó al stablishment político europeo la oportunidad de ser autocrítica y autoconsciente. Una cantidad considerable-la mayoría- de votos a favor del Brexit eran votos de extrema derecha, xenófobos, insulares y opuestos a los derechos humanos internacionales.
Sin embargo, una parte de los votantes en favor del Brexit, fueron personas de mentalidad progresiva, alarmadas por la trayectoria actual de la Unión Europea y preocupadas por su futuro en ella.Los progresistas Europeos deberían de estar
preocupados por determinados aspectos de la política europea.
Este
grupo de ciudadanos padeció las consecuencias de las políticas de
austeridad que emanaban de sus capitales y Bruselas.
Se
rebelan ante la permanencia de la austeridad en la estructura
económica fallida de la UE y la zona euro.
Reconocen la
agenda neoliberal de la Comisión, aparentemente imperturbable, y los
obstáculos que presentarían a una agenda de propiedad pública
iniciada por cualquier estado miembro.
Vieron horrorizados
el waterboarding financiero de Grecia.
Ven la toma de
poder por parte de la Unión Europea, especialmente la Comisión,
como una fuente inevitable de problemas en el futuro, especialmente a
lo que a militarización se refiere.
Y ven como día tras
día cuestiones de índole humanitaria se ven abandonadas por la
Unión Europea en relación con la crisis de refugiados en las costas
europeas.
El resultado del Brexit generó una onda
expansiva a través del establishment europeo, y estos, como una
bestia herida, se retiraron a una cueva de introversión.
En
lugar de aceptar, o incluso contemplar, que la política de la UE
contribuyó al resultado del referéndum y la desilusión masiva en
toda Europa, el establishment político de la UE parece decidido a
seguir adelante con más de lo mismo.
Durante los
recientes debates del "Futuro de Europa", una iniciativa
puesta en marcha por el Parlamento Europeo, hemos visto a líderes
europeos proclamando al unísono su visión sobre el futuro de la
Unión Europea.
Un número alarmante de miembros parece
decidido a centralizar aún más la política europea y algunos
continúan abogando abiertamente por la creación de un "verdadero"
ejército de la UE.
La canciller alemana, Angela Merkel, y
el presidente francés, Emmanuel Macron, han sido los impulsores de
tal iniciativa.
Considero que no es una coincidencia el
hecho de que en sus dos países respectivos, casi 17 millones de
personas votaron a la extrema derecha en 2017.
La
militarización de la UE no solo es peligrosa, también es
paradójica. A los federalistas europeos les encanta citar el éxito
que ha tenido la UE como proyecto de paz. Las mismas personas no ven
ninguna contradicción en abogar por este gran proyecto de paz para
invertir miles de millones de euros en armamento, munición y
desarrollo de tecnología militar.
Las nuevas partidas de
gastos propuestas van incluso más allá que las del PESCO y el
Mecanismo de Atena que ya de por sí son inaceptables. El Fondo
Europeo de Defensa representa la libre militarización de la unión
europea.
Más siniestra aún que la libre militarización,
es la agenda aterradora de los que buscan manipular programas
intergubernamentales existentes, como el Fondo para la Paz, y crear
un financiamiento centralizado compartido para el mismo.
Irlanda
es un país neutral y orgulloso de sí mismo que participa en
operaciones para restablecer la paz sólo cuando se cumplen ciertos
criterios estrictos. Nuestra posición internacional es elevada y la
reputación de nuestro ejército de defensa, como fuerzas
pacificadoras las ha protegido en algunas misiones altamente
peligrosas en el extranjero.
Sin embargo, los sucesivos
gobiernos irlandeses han eliminado nuestra neutralidad. En los
últimos tiempos, unirse a PESCO y participar en la Operación Sofía,
ha supuesto el alejamiento de esa neutralidad que históricamente a
tenido el estado.
La Unión Europea debe respetar la
neutralidad de los estados miembros y dar la posibilidad de poder
participar o no en Políticas de Defensa y Seguridad Comunes.
El
debate actual sobre el marco financiero plurianual continúa. La UE,
como siempre, tiene la oportunidad de aceptar lo que la hace viable,
aunque no soy particularmente optimista.
La mejora de las
contribuciones de los Estados miembros no es una opción. Cada nación
debe contribuir lo que pueda, pero recuerde que cada euro de
contribución al presupuesto de la UE es un euro que sale del
bolsillo de un posible ministro de finanzas nacional.
Tampoco
debería considerarse una opción el recorte del gasto en iniciativas
progresivas o sociales.
En cambio, el presupuesto de la
Unión Europea debería permanecer como está, y los gastos
planificados para uso militar o para el fortalecimiento de Europa,
deberían reasignarse a fondos sociales básicos.
El
presupuesto de la PAC debe mantenerse, o incrementarse. Los fondos de
cohesión deben estar protegidos
Sinn Féin apoya la
creación de una nueva Irlanda, dentro de una nueva Europa.
Europa
debería preocuparse por avanzar en las causas por las cuales las
naciones necesitan colaborar para resolverlas.
Los
derechos de los trabajadores y trabajadoras, las protecciones
ambientales, la justicia social, el comercio ético, la democracia
económica y la justicia fiscal son áreas en las que la cooperación
no solo es una necesidad, sino que es algo imprescindible.
La
colaboración en estos campos obtendrá resultados en favor del
interés del continente y de la Unión Europea.
Por
contra, algo que no beneficia a Europa o a sus Estados miembros es la
sed aparentemente insaciable de poderes y responsabilidades
adicionales que extraídas de las naciones son transferidas la Unión
Europea.
Es de interés común que las decisiones se tomen
lo más cerca posible de aquellos a quienes afectan.
Los
más indicados para resolver los problemas a los que se enfrenta
Irlanda, son representantes elegidos con responsabilidades por y para
Irlanda.
El principio de subsidiaridad es sagrado.
La
evolución de la Comisión Europea como Ejecutivo de facto de la
Unión Europea es peligrosa. La Comisión no es elegida y carece por
completo de mecanismos de responsabilidad significativos.
Además,
como única fuente de iniciativa legislativa, la Comisión ejerce el
mayor poder en el proceso de toma de decisión.
Para el
Sinn Féin, la solidaridad internacional es importante. El Parlamento
Europeo nos brinda la oportunidad de plantear y promover las causas
de nuestros camaradas internacionales.
Hemos denunciado al
establishment europeo por su silencio e inacción en Palestina y
hemos apoyado a nuestros amigos en Kurdistán, Cuba, Sudáfrica y
otros lugares.
Una Europa genuinamente social es una que
está cerca de sus ciudadanos, completamente transparente y actúa en
favor de sus intereses.
Eso incluye respetar el principio
fundamental del derecho de autodeterminación nacional.
Las
instituciones de la Unión Europea nos han ocultado información en
relación con las recientes desagradables actuaciones del estado
español en relación con Cataluña y el País Vasco.
El
hecho de que los presos políticos agonicen en cárceles de los
Estados miembros europeos debería ser una causa de vergüenza
colectiva.
Esto crea un precedente alarmante,
particularmente a medida que Irlanda avanza y se prepara para un
cambio constitucional propio.
La Unión Europea debería
promover el diálogo entre los líderes de Cataluña y
Madrid.
Asimismo, la UE debería desempeñar un papel
activo en el apoyo a las iniciativas recientes que promueven la paz
en el País Vasco.
Sólo aquellos que no son libres pueden saber qué es la libertad.