La poesía y la ficción ocupan sin duda un lugar preferencial en la obra literaria de Joseba Sarrionandia, no en vano es considerado uno de los poetas más prolíficos de la literatura vasca. Sin embargo, a tenor de las últimas publicaciones, parece ser que de un tiempo a esta parte su producción intelectual se ha centrado en mayor medida en el análisis y el pensamiento socio-político.
Moroak gara behelaino artean?, traducida más tarde al castellano, se hizo acreedor del premio Euskadi 2011 al mejor ensayo en euskara. El trabajo comienza con la búsqueda de una gramática de la lengua amazigh –bereber– elaborada por Pedro Hilarión Sarrionandia para ir transformándose en una investigación-relato que, partiendo desde la lengua amazigh –y el contexto socio-político que gravita sobre ella– y las guerras coloniales, nos lleva a reflexionar sobre el devenir de Euskal Herria y de la sociedad humana en general. Quien no haya tenido contacto directo con esta obra recordará tal vez la polémica en la que se vio envuelta al negarse Lakua en un primer momento a abonar el importe del premio alegando razones de sesgo político.
Más desapercibido ha pasado un segundo trabajo que aquí traemos a colación: Lapur banden etika ala politika –Pamiela, 2015–. Se trata de un breve ensayo en formato novedoso producto de un seminario que Sarrionandia impartió en un curso sobre transmisión de la cultura vasca organizado por la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad de Mondragón. En una primera parte el autor expone sus impresiones y opiniones sobre el devenir político de las últimas décadas y la situación política actual. La segunda parte incluye comentarios de los estudiantes al texto del autor.
Lapur banden etika ala politika es una buena oportunidad para adentrarse en el pensamiento político de Joseba Sarrionandia. Desde una posición de observador, y con un estilo directo y franco, el autor analiza de forma implacable tanto la situación socio-política nacional y global, como las actuaciones de los diferentes actores protagonistas en el último ciclo del conflicto. Pero más allá de la mera observación, Sarrionandia nos deja reflexiones muy interesantes sobre posibles caminos a transitar en Euskal Herria en el empeño por la libertad y la justicia social.
Es posible que la visión pesimista que destila el autor en algunas de sus apreciaciones deje un tanto frío a quien se sumerja en las apenas ciento sesenta páginas de este libro. En ningún caso se trata de una invitación a la resignación, sino de un firme alegato contra los males de la política corrompida por intereses mezquinos. A las y los militantes de la izquierda abertzale este trabajo nos invita a la auto-reflexión, indispensable para quien se proponga la noble tarea de la política en mayúsculas y se disponga a combatir la política de la banda de ladrones.