El lingüista cognitivo Georg Lakoff hace una introducción al problema de los marcos conceptuales que enmarcan nuestra manera de interpretar el mundo. La tesis principal del libro es la siguiente: el ser humano interpreta la realidad mediante marcos formados anteriormente en el cerebro. El razonamiento es metafórico, no funciona con reglas formales lógicas. El lenguaje transmite ideas, y las ideas marcos. El ser humano interpreta la realidad mediante marcos expresados en ideas y la mayor parte de dichos marcos se construye mediante metáforas.
La crítica fundamental de libro es la siguiente: la izquierda clásica piensa lo siguiente: “La verdad nos hará libres. Si nosotros le contamos a la gente los hechos, como la gente es básicamente racional, todos sacarán las conclusiones acertadas.” Según Lakoff, esto es simple y llanamente falso.
Siguiendo la anterior idea, este libro hace un análisis de las dos familias políticas hegemónicas de los Estados Unidos de América, la republicana y la demócrata. Lakoff concluye que las dos familias políticas se diferencian por el concepto que cada uno tiene de la familia, y el concepto de nación que va ligado a ella. Los estados unidos tienen “padres fundadores”, mandan a los “hijos de la nación” a la guerra”, etc. Las dos familias conectan a la familia con la nación, de manera metafórica. Y esto funciona como un marco estructural desde donde parten los valores, los principios políticos y sociológicos de cada familia política.
En el caso de los conservadores, el modelo de familia es el de padre conservador quien, educa de manera estricta al hijo para sobrevivir y triunfar en un mundo peligroso, competitivo, donde siempre hay ganadores y perdedores (social-darwinismo). Los niños son malos de nacimiento (Hobbes), necesitan un padre autoritario que los eduque (Leviathan). El niño debe perseguir el éxito individual, es así como se maximiza el bien de todos (el planteamiento económico de Adam Smith es igual).
Estos valores se traducen en una visión del mundo y en políticas económicas y sociales conservadoras. Según esta moral, por ejemplo, las ayudas sociales estropean el sistema, porque reparten entre la gente ayudas que no se han ganado con su esfuerzo, que no se merecen.
En cambio, el modelo de familia progresista es protector y neutral en cuanto a género. Los hijos son buenos de nacimiento (Rousseau), y son educados en valores de empatía y responsabilidad. El valor de esta tradición no es la competencia, sino la felicidad y la libertad material (socialismo). Los valores de cooperación, de igualdad de oportunidades y la comunidad son importantes.
Esta visión tiene implicaciones en la política: si tienes empatía hacia el otro, intentarás protegerlo. Los progresistas protegen la naturaleza, los derechos de las trabajadoras, etc. Creen que el desarrollo de las personas necesita de una comunidad con valores progresistas. Como se puede apreciar, cada modelo de familia proporciona inconscientemente dos modelos antropológicos y sociopolíticos del ser humano y de la sociedad, eso es lo que Lakoff intenta remarcar.
En este libro encontraremos, pues, un análisis de lo que significan los marcos conceptuales, y porque la izquierda debe empezar a pensar el campo político como un terreno de disputas metafóricas. Aparte de eso, Lakoff aplica esta idea a las dos familias políticas hegemónicas estadounidenses.
Una lectura obligada, pues, de nuestros tiempos.